domingo, diciembre 07, 2008

Muere la mujer que intentó que Ramón Sampedro cambiase de idea. El Semanal Digital

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Olga Bejano era pentapléjica, pero había desarrollado un sistema para comunicarse con el que transmitió siempre su voluntad de vivir más allá del dolor y de las dificultades.



No podía hablar ni escribir
Olga Bejano ideó un sistema para mover la mano con el que hacía unos garabatos que su enfermera pudo traducir. Así escribió tres libros y preparaba un cuarto.

La riojana Olga Bejano, nacida en 1963, sufría una fuerte neumonía desde hacía varios días, complicada con una fiebre muy alta, lo cual precipitó de forma irreversible la parada cardiorrespiratoria que acabó con su vida en la madrugada de este viernes.

Olga Bejano contrajo en 1987 una enfermedad neuromuscular que terminó paralizando la práctica totalidad de su cuerpo: durante más de veinte años no pudo hablar ni ver, respiraba artificialmente y se alimentaba a través de una sonda.

Sin embargo, encontró un método para comunicarse con el mundo: haciendo unos garabatos aparentemente incomprensibles con los impulsos de su rodilla, que sus distintas enfermeras aprendieron a traducir lentamente al abecedario. Gracias a este original sistema, Olga había publicado con gran éxito tres libros: Voz de papel, Alma de color salmón y Los garabatos de Dios, algunos de ellos traducidos y publicados fuera de España, con lo que su autora adquirió relevancia internacional. Su tercera obra es una lúcida reflexión sobre la grandeza y los límites del ser humano, y especialmente sobre la capacidad de superación de las personas. Actualmente se encontraba escribiendo su cuarto libro, titulado Alas Rotas.

"Todos sabemos que lo peor de una enfermedad incurable es el principio y el final. Mi sprint final, por muchos motivos, me está resultando muy difícil, por eso pido oraciones en abundancia. Siempre os estaré agradecida porque habéis sido un estímulo para seguir viviendo al límite de lo imposible", explicó Olga Bejano en su última entrevista.


Olga y Ramón Sampedro
Olga Bejano comenzó a ser más conocida cuando, hace cuatro años, la película Mar Adentro de Alejandro Amenábar, protagonizada por Javier Bardem en el papel del tetrapléjico Ramón Sampedro, defendió la eutanasia como forma de acabar con el sufrimiento, dentro de una campaña por su legalización. Gracias a la película se supo que Olga y Ramón habían mantenido una breve correspondencia, hecho que también había contado Olga en Alma de color salmón: "Ramón me dijo que no podía entender cómo en esas condiciones yo quería seguir viviendo; le respondí que tenía tantas ganas o más que él de irme. Al contrario que él, yo sí era creyente y quería que Dios decidiera cuál era mi día y mi hora, mientras tanto lucharía por conseguir la asistencia que necesito... Le propuse, ¿por qué en vez de luchar para morir no luchas para vivir? ¿Por qué no luchas por conseguir una vida independiente, personal que te cuide, una silla eléctrica que te lleve de paseo, un ordenador que puedas usar con la voz?".

El funeral por Olga Bejano se celebrará este sábado a las once de la mañana en la iglesia de Santiago de Logroño.